Viviendas de madera: una opción que gana peso en España

Todos y todas soñamos con tener la vivienda de nuestros sueños, un lugar que satisfaga todas nuestras necesidades y que se corresponda con lo que entendemos nosotros y nosotras como calidad de vida. El caso es que eso es tan subjetivo que podríamos decir que no hay dos preferencias que puedan ser catalogadas como iguales. Todo el mundo tiene algo que va a hacer que su preferencia se diferencie de un modo más que evidente de la de otra persona, por mucho que pensemos que ambos se parecen bastante. Teniendo en cuenta la relevancia que tiene la vivienda en la vida de la gente y lo puntillosas que somos las personas con un tema de este calado, no es de extrañar que haya diferencias entre todas las percepciones.

Está claro que una de las cosas que siempre vamos a querer es que nuestra comodidad esté más que asegurada. Es lo normal. Pero, para llegar a eso, se puede caminar por diferentes vías. Hay gente que considera que, para eso, es necesaria una vivienda grande. Otras muchas personas consideran que solo teniendo bien distribuido el espacio interior de la vivienda es suficiente para conseguir permanecer cómodos y cómodas en casa. Y hay muchas más opciones además de esas. Cada persona es un mundo y esta es una de las mejores maneras de que quede patente.

En los párrafos que siguen, vamos a enfrentar, de manera metafórica, dos tipos de viviendas que tienen características muy diferentes entre sí. Hablamos de las viviendas que más habituales son en los tiempos en los que nos encontramos, las de hormigón, con las que son más tradicionales, como es el caso de las viviendas de madera. No tienen nada que ver la una con la otra más allá de que contienen un espacio en el que una o más personas buscan vivir de la manera más cómoda posible y disfrutar del tiempo libre al que tienen derecho. Está claro que hablamos de dos opciones diferentes, pero con las dos, dependiendo de los gustos y preferencias de cada cual, se puede conseguir el propósito al que acabamos de hacer referencia.

Una noticia publicada en la página web del diario El Mundo indicaba que el 18% de la población mundial vive en casas de madera. Estamos hablando de un volumen de personas que se sitúa en torno a 1.300 millones de personas, un montante que es muy interesante. Es verdad que hay muchas de esas casas que se sitúan en países en los que no se ha alcanzado un completo desarrollo, pero lo cierto es que también son muy habituales entre países que se encuentran en las primeras posiciones del ranking económico mundial: Estados Unidos, Suecia, Noruega, Finlandia, Rusia, Japón… Por lo tanto, podemos concluir que no es indicador de nada en materia económica que haya más o menos casas de madera en un sitio que en otro.

Y es que una vivienda de madera no tiene por qué implicar pobreza. Vamos a quitarnos esa idea de la cabeza cuanto antes porque no tiene nada que ver con una materia como esa. Lo que nos ha parecido interesante es lo que se comenta en el artículo que os vamos a dejar a continuación y que pertenece a la página web del diario 20 Minutos: al contraponer la madera y el ladrillo de Estados Unidos y Español respectivamente, se nos intenta explicar por qué en el gigante norteamericano se apuesta tanto por las casas de madera. Uno de los motivos que se esgrimen es el hecho de que, en Estados Unidos, no se piensa en dejar la vivienda a la familia para siempre y que, además, hay una movilidad geográfica más amplia que en España.

Tiene todo el sentido del mundo lo que acabáis de leer. En nuestro país, como seguro que sabéis o sospecháis, estamos más acostumbrados a encasillarnos en un lugar y echar raíces ahí. En Estados Unidos, la situación es muy diferente y, de hecho, lo más habitual es que una persona que se ha criado en un determinado lugar termine trabajando en otro sitio del país, incluso en la costa contraria. Esta situación depende en buena medida de las características culturales y geográficas del país en cuestión pero, como veis, puede tener mucha relación con el tipo de vivienda que se suele escoger para vivir.

En España, es verdad que no ha sido muy común que se construyan viviendas de madera. El ladrillo siempre ha sido el dominante desde que, a mediados del siglo pasado, empezara a desarrollarse la industria de la construcción. Sin embargo, las cosas están empezando a cambiar. De acuerdo a lo que apuntan desde Pergoland, una entidad especializada en diferentes trabajos que tienen relación directa con un material como lo es la madera, está creciendo la demanda de viviendas de madera en el interior de nuestras fronteras, especialmente en los pequeños pueblos que se ubican cerca de espacios naturales como montañas, bosques o valles.

Este tipo de construcción, además, es más propia del norte de nuestro país que del centro o del sur. Si una persona visita Galicia, Asturias o Euskadi, sí que se puede dar cuenta de lo que venimos comentando y si lo compara con el tipo de construcciones que se puede encontrar en Andalucía o Murcia. Cada espacio tiene su idiosincrasia, sus características, y es perfectamente respetable. Faltaría más. Lo que es evidente es que las viviendas de madera están empezando a convertirse poco a poco en la demanda de las familias y que eso viene a decir, como comentábamos al principio, que la percepción de dichas familias será que eso beneficia en algo a su comodidad.

Estamos seguros de que va a seguir creciendo el número de viviendas de madera que existen en España. En materia ligada a la construcción, estamos teniendo en consideración algunos aspectos que también son característicos de otras zonas de Europa (en concreto, la zona de Escandinavia si nos centramos en construcciones que se sitúan en zonas que son realmente frías en invierno, como las provincias de Burgos, Soria, Palencia, Zamora…).

Una vivienda que sea diferente también nos gusta

En el día de hoy, la comodidad se encuentra muchas veces en la diferenciación. El ser humano del siglo XXI busca diferenciarse de los que tiene al lado y eso también tiene mucho que ver en lo que respecta a la vivienda en la que se encuentra. En un país como el nuestro, en el que el ladrillo, como hemos comentado, ha sido tan habitual, tener una casa de madera ofrecía esa posibilidad de diferenciación de la que estamos hablando. Ni que decir tiene que, si además de ello, la casa de madera nos va a proporcionar también la comodidad que es habitual encontrar hoy, no sería de extrañar que a alguien le siguiera llamando la atención esta modalidad de vivienda.

La madera es un material que sigue siendo muy interesante para una actividad como lo es la construcción de viviendas o de espacios concretos de la misma. Muchos expertos continúan considerando que la madera es un material mejor que el hormigón para construir. Y, por tanto, nos parece normal que siga teniendo sus seguidores. A fin de cuentas, son muchas las personas que viven en ellas en otros sitios del mismo que cuentan con una climatología más dura que la nuestra y que viven francamente bien. Por tanto, nos parece perfectamente lógico que en España se esté implementando un tipo de casa como la de madera, que quizá tenga más ventajas que las que veíamos en un principio.

Además, hay todo tipo de personas que están manifestando su amor por las casas de madera. Podríamos llegar a pensar, si tiramos de estereotipo, que este tipo de viviendas suele ser la preferencia de gente más mayor, que dispone de todo el tiempo del mundo. Lo cierto es que, además de ese grupo tan concreto, también hay muchos jóvenes que desean disponer de una vivienda diferente y que encuentre en la madera su elemento principal. No es raro y en España esto se está convirtiendo en algo que, como hemos dicho, empieza a ser habitual. Lo verdaderamente importante de todo esto es si creemos que este tipo de viviendas va a responder a las necesidades que tenemos en el hogar. La respuesta es que sí.

La vivienda es una de las cosas que determina la vida de las personas y, por tanto, debemos tomarnos muy en serio todo lo que tenga que ver con este asunto. Y es que también va a jugar un papel muy importante en la calidad de vida de las personas que viven con nosotros y a las que, como no podía ser de otra manera, queremos por encima de todas las cosas. Cuidar de nuestra vivienda y de todos los detalles que tienen que ver con ella es, a fin de cuentas, cuidar de nosotros mismos y de la gente a la que queremos. ¿Acaso hay algo que tenga más relevancia que eso?

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