Consejos para una vida sexual sana.

Aunque no somos nadie para dar consejos sobre la vida sexual a otros, esta es una esfera privada y personal, los medios de comunicación señalan que las infecciones de transmisión sexual han crecido en España un 84%. Esto indica que algo no estamos haciendo bien.

Enfermedades como el VIH, la clamidia y la gonorrea han aumentado sus contagios hasta en un 80% en los últimos 5 años. Sobre todo entre la población masculina, representando casi el doble de los casos detectados en mujeres.

Los distribuidores de Comercial APRA, una tienda online de preservativos y artículos de higiene íntima, insisten en que la clave para tener una vida sexual sin complicaciones está en tomar precauciones y en la higiene. Esto significa no solo limitarnos a utilizar preservativos, sino también usar toallitas íntimas desechables, esponjas vaginales y ser cuidadosos en el uso de lubricantes.

Cada cual lleva la vida sexual que quiere y que puede. La alternativa para no contraer una I.T.S. (Infección de Transmisión Sexual) no puede ser nunca el celibato, ni las relaciones sexuales exclusivas. Esta es una decisión individual que nunca debe ser motivada por el miedo a contraer una enfermedad.

Aunque parezca inaudito a estas alturas de la vida, hablar de sexo con naturalidad en España continúa siendo tabú. Existe un problema de educación sexual subyacente. El Periódico de Cataluña indica que el 70% de los estudiantes de secundaria de nuestro país confiesan no haber recibido ninguna formación sexual ni en el instituto ni por parte de sus padres. Lo que saben lo han descubierto por su cuenta. Siendo internet y sus amigos sus principales fuentes de información.

La desinformación no afecta solo a los más jóvenes. No podemos pensar que el auge de las enfermedades venéreas se limita a la práctica sexual de los adolescentes. Enfermedades como la clamidia se diagnostica mayoritariamente entre adultos mayores de 30 años. El segmento de edad más afectado por el virus del papiloma humano lo encontramos entre los 36 y 40 años, y entre los 45 y 50 años es más frecuente la aparición de la sífilis y el VIH.

Por tanto, para llevar una vida sexual más sana, pretendemos informar en este artículo sobre las enfermedades venéreas más frecuentes en nuestro país y dar algunos consejos para evitar los contagios.

Las enfermedades sexuales más habituales.

Sentir ardor al orinar, picor vaginal, llagas en los genitales o incomodidad a la hora de mantener relaciones sexuales pueden ser un indicador de que hayamos contraído una enfermedad de transmisión sexual. Según la página web Tu Médico, estas son las más frecuentes en nuestro país:

  • Herpes genital y clamidia.

Son dos enfermedades víricas diferentes que afectan al área genital. Se contagian por contacto de piel con piel, no por fluidos orgánicos como en el caso del VIH o la gonorrea. Generan efectos, varios días después de haber mantenido la relación sexual, por lo que tienen un periodo de incubación. En el caso del herpes, los síntomas más habituales son picor en los genitales y la aparición de pequeñas ampollas en los labios de la vagina, en el pene, alrededor del ano, de los glúteos y de los muslos.

La clamidia, por su lado, produce ardor al orinal, dolor testicular, una secreción mucosa tanto por el pene como por la vagina y sangrado vaginal fuera del periodo. Existen tratamientos médicos eficaces para combatir estas enfermedades, aunque una detección tardía puede ocasionar problemas en los aparatos reproductivos.

  • V.I.H.

El Virus de Inmunodeficiencia Adquirida representó una pandemia durante los años 80 y 90. Se han dado avances en el control de la enfermedad, pero aún no existe una cura definitiva, y desde luego, no está erradicado. El principal problema de esta enfermedad es que va destruyendo el sistema inmunológico del enfermo, por lo que se vuelve más indefenso ante cualquier enfermedad. Se transmite por la sangre, el semen y los fluidos vaginales, no por la saliva. Algunos de sus síntomas habituales son fiebre, inflamación de los ganglios linfáticos y pérdida de peso. Pueden tardar años en aparecer un cuadro sintomático.

  • Candidiasis vaginal.

Es una infección causada por el hongo Candida Albicans. En la vagina de la mujer habita una flora micro-biótica. La alteración de esta flora, bien sea por la toma de antibióticos, por el embarazo o por la entrada accidental de otros microbios durante el acto sexual, puede desencadenar la infección. Sus efectos son enrojecimiento de los labios de la vagina, ardor y molestias al orinar. Para prevenirlo, lo más adecuado es limpiar y secar bien la vagina después de orinar y tener relaciones sexuales y utilizar ropa interior de algodón.

Existen más enfermedades de transmisión sexual como el virus del papiloma humano, la hepatitis C, la gonorrea, la sífilis y las ladillas, pero digamos que estas son las más habituales en España.

El preservativo masculino es la mejor protección.

De todos los métodos que existen para evitar el contagio de infecciones de transmisión sexual, el preservativo masculino, popularmente llamado “condón”, es el más estudiado y efectivo hasta el momento.

Incluso en virus que no se transmiten por los fluidos, como el herpes genital y el virus del papiloma humano, causante de las verrugas genitales, el uso del preservativo reduce considerablemente la posibilidad de contagio.

Solo en el caso de las ladillas, un parásito parecido a los piojos, que se puede instalar en el vello púbico, es la única enfermedad en la que el preservativo no es preventivo.

Otro método que resulta efectivo es el preservativo femenino de poliuterano o nitrilo, siempre que se use de manera correcta y sistemática, aunque su efectividad es inferior al del preservativo masculino, ya que es más fácil que se mueva y deje zonas de la vagina desprotegidas.

Cuidado con el sexo oral.

La gran mayoría de las enfermedades de transmisión sexual se pueden contagiar también practicando sexo oral. Esto se debe a que las bacterias y virus que las provocan están presentes en los fluidos que salen del pene y de la vagina.

Esto significa, se puede contagiar aunque no haya orgasmo o eyaculación en la boca de la pareja sexual. El flujo vaginal de una mujer afectada se encuentra infectado. En el caso del hombre, a medida que se estimula el pene, este segrega un líquido con efectos lubricantes que contiene microbios infecciosos.

Por tanto, si practicamos sexo con varias parejas, o lo hacemos de forma esporádica, es conveniente usar preservativo en el sexo oral efectuado a hombres desde un principio y barreras bucales de látex si se lo practicamos a mujeres.

Elegir bien el lubricante.

Muchas parejas utilizan lubricantes para facilitar la penetración, sobre todo cuando practican sexo anal. En este caso, debemos ser cuidadosos a la hora de elegir bien el lubricante, evitando usar aquellos que tengan una composición grasa, como ciertas cremas cosméticas y vaselinas. Esto se debe a que disminuyen la resistencia del látex y, por tanto, el preservativo es más fácil que se rompa durante el acto sexual.

En su lugar, es recomendable emplear lubricantes acuosos, que generen un efecto similar al de una vagina bien hidratada. De este modo, también protegerán las partes íntimas de nuestra pareja.

Falsos mitos.

Practicar sexo con varias parejas o con desconocidos sin protección es como jugar a la ruleta rusa. No todas las personas que tienen enfermedades venéreas presentan síntomas; sin embargo, nos pueden contagiar la enfermedad. De ahí lo importante de adoptar las medidas necesarias para protegernos.

Es increíble la cantidad de justificaciones que podemos llegar a adoptar para no ponernos el preservativo en un momento dado.

Algunos hombres piensan que si no hay eyaculación no pasa nada. Eso es incorrecto, incluso para prevenir embarazos. Ya hemos visto que el flujo vaginal de una mujer afectada contiene elementos infecciosos. El líquido seminal segregado por el pene, también los tiene.

En el mismo sentido, algunos hombres, empiezan las penetraciones sin usar protección, y se ponen el preservativo unos minutos antes de eyacular. En ese periodo, puede ser que se haya transmitido la enfermedad. Es imprescindible colocarse el preservativo antes de introducir el miembro en el interior de cualquier cavidad de nuestra pareja.

Hay hombres que rehúsan utilizar el preservativo porque opinan que les resta sensibilidad. Se trata de una actitud bastante irresponsable. La industria de los preservativos ha desarrollado una amplia gama de productos que minimizan el efecto del látex. Todo es cuestión de acostumbrarnos y de encontrar el modelo con el que más cómodos nos sintamos. Está demostrado que el uso de preservativos retrasa la eyaculación y el orgasmo, lo que hace más placenteras las relaciones sexuales, tanto para nosotros como para nuestras parejas.

Está la excusa de que por una vez que no nos pongamos el preservativo, no pasa nada. Es un argumento al que recurrimos cuando se nos presenta la oportunidad de mantener una relación sexual que no teníamos prevista. Un solo encuentro sexual desafortunado es suficiente para contraer una enfermedad venérea.

Si somos cuidadosos en todas las relaciones sexuales que mantengamos, podemos tener una vida sexual sana y placentera con independencia de la variedad de encuentros sexuales que tengamos.

 

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