El limón es el fruto del limonero, árbol de hoja perenne que se desarrolla en climas templados y tropicales. Hace más de 2.500 años empezó a cultivarse en Asia, pero los árabes, en el siglo X, se encargaron de difundirlo por la cuenca mediterránea.
Los españoles también se encargaron de llevar el limonero al continente americano en el siglo XVI. Los limones se pueden clasificar en pequeños, medianos y grandes.
Esta fruta es muy rica en vitamina C y vitamina A. También aporta fibra y minerales como el calcio, el fósforo, el magnesio y el potasio.
Las dietas que quieren bajar de peso pueden optar por este cítrico, ya que su valor calórico es bajo (22 kcal por cada 100g), y su contenido es mayoritariamente agua (cerca de un 90%).
Una de las ventajas de tomar limón es que ayuda al organismo a mejorar la absorción de hierro, es decir, el que aportan los alimentos de origen vegetal como las legumbres, las verduras de hoja verde o los frutos secos.
También reduce la posibilidad de tener infecciones gracias a la vitamina C. El limón puede prevenir isquemia, diabetes tipo 2 o incluso algunos tipos de cáncer, gracias a su contenido de flavonoides antioxidantes.
Además, estos flavonoides también previenen otras enfermedades como el Alzheimer y el párkinson.
Esta fruta tiene un gran poder antioxidante, ya que ayuda a reforzar el sistema inmunológico y nervioso (gracias al potasio).
La Vanguardia informa que «el limón es un potente antioxidante capaz de prevenir la actividad negativa de los radicales libres. Sus 30 componente antioxidantes nos ayudará a mejorar el aspecto y la salud de nuestra piel, el cabello, y las uñas. Además, sus antioxidantes son muy beneficiosas para la salud de la vista al prevenir enfermedades degenerativas como la pérdida de visión o las cataratas».
Los profesionales de Naranjas al día, expertos en el cultivo de cítricos, explican que el limón se puede consumir durante todo el año, ya que España es el mayor productor.
En nuestro país se consumen básicamente dos variedades de limón:
-Limón de mesa o “mesero”, de pulpa de color amarillo pálido y piel más fina.
-Limón berna, de color amarillo muy intenso y de piel gruesa.
Este cítrico no puede faltar en la gastronomía mediterránea, pero te aconsejamos que no exprimas el limón que acabas de sacar de la nevera, porque obtendrás menos cantidad de zumo.
Sácalo unas horas antes y para conseguir mucho más zumo debes amasarlo con las manos. No tires la cáscara del limón, ya que puedes utilizarla para aromatizar caldos y sopas.
También puedes preparar un bizcocho de limón o una mermelada casera. A la hora de pelar la fruta, intenta no llevarte nada de la parte blanca, porque es muy amarga y puede alterar el sabor de la receta.
Sí, es cierto que el consumo frecuente y excesivo del zumo extraído del limón puede dañar el esmalte de los dientes. Pero, no te preocupes porque puedes realizar las siguientes medidas preventivas a la hora de consumir el limón:
– Sorber el zumo a través de una pajita.
-Después de tomar el zumo, enjuagar la boca con agua para eliminar el ácido.
-Esperar de 1 a 2 horas para cepillarse los dientes.
-Después del cepillado es aconsejable utilizar una crema dental con fluoruro para disminuir la sensibilidad.
«Debido a las propiedades del limón, es muy utilizado en distintas industrias como la alimentaria, farmacéutica o cosmética. El derivado principal es el zumo, concentrado, congelado o fresco, aunque también se utiliza la cáscara deshidratada y se extraen aceites esenciales de la piel. La capa interna de color blanco es rica en pectina, que es una fibra soluble», informan desde el periódico digital Okdiario.
Refrescos veraniegos con limón
Con los siguientes refrescos saludables podrás hidratarte en verano, así que toma nota.
Limonada
Consiste en exprimir zumo de limón en agua, pero utiliza una parte de zumo de limón por dos de agua fría.
Granizado de limón con miel
Para preparar esta receta debes exprimir varios limones y se vierte el zumo en un recipiente donde se le añade miel.
Remueve hasta que la mezcla quede diluida en el zumo. Se añade hielo y se tritura hasta conseguir un granizado.
Té con limón
Se hierve el agua con la cáscara de un limón, unas hojas de menta y una o dos bolsas de té. Se deja hervir un par de minutos más y una vez que se ha enfriado se pueden añadir unos cubitos de hielo. Sirve esta bebida en una taza con unas rodajas de limón. ¡Deliciosa y refrescante!