Es evidente que la moda interesa a la sociedad y que forma parte de ella. Quien intente, por los motivos que sea, negar esto, estará mintiendo. La moda es uno de los negocios más fructíferos en todo el mundo, con independencia de la cultura del país en el que se encuentre. Por eso, es uno de los sectores que más factura en cada uno de los países del mundo y que a más gente emplea. En otras palabras, podríamos decir que la moda es una de las actividades económicas de más enjundia en todo el planeta.
El hecho de que la ropa sea algo que se mueve en función de las tendencias de cada momento es algo que ayuda, desde luego, a que el negocio se reinvente y a que siempre esté en los puestos más altos en lo que respecta a la facturación de los diferentes sectores. Y es que esto es algo válido y real para cualquier tipo de prenda de ropa: la de fiesta, la deportiva, la informal… Los tiempos cambian y la moda lo hace con ellos. O, mejor dicho, es el cambio en aspectos como la moda lo que va cambiando los tiempos.
No todos los momentos que han rodeado a esta actividad han sido buenos, eso es necesario reconocerlo. Las crisis económicas también tienen una incidencia bastante grande en el desarrollo de negocios como estos. Y un buen ejemplo de ello es la crisis ocasionada por el coronavirus durante el año 2020. Según una noticia que publicó Business Insider en su web oficial, los hogares españoles contrajeron su gasto en ropa ese año en nada más y nada menos que un 29%. Se trata de una reducción realmente grande y que puso entre la espada y la pared a un sector no acostumbrado, como tantos otros, a un cambio tan drástico y negativo.
Es evidente que, como ha sucedido con otro tipo de actividades, las cosas han mejorado a medida que ha ido remitiendo la peligrosidad del COVID-19. Según una noticia de Europa Press, estaba previsto que el gasto de los consumidores en ropa y calzado se incrementara un 5’5% a lo largo del pasado 2022, algo que terminó sucediendo y que incluso fue superior a lo inicialmente previsto. El pasado año dejó buenas noticias y una sensación de que, por fin y después de muchos sufrimientos, volvía la normalidad y el crecimiento económico que tanto habíamos esperado.
La moda recuperó sensaciones en 2022 y lo hizo prácticamente en todos los ámbitos de actuación y productos por los que se caracteriza. Creció la demanda y la facturación desde ropa deportiva hasta el calzado de fiesta, como nos han hecho saber desde Liquistocks, lo cual es una gran noticia puesto que la moda, que es un buen barómetro para medir la situación real de la economía española, ha abanderado la mejora económica del país después de un par de años marcados por la pandemia y en los que todos y todas hemos sufrido más de lo que nos hubiera gustado.
Una mejora que ha de seguir siendo evidente en 2023
Está claro que no basta solo con conformarnos con todo lo que ha ocurrido en el año 2022. La tendencia en lo que respecta al crecimiento en el negocio de la moda y, en general, al crecimiento de la economía de este país tiene que seguir siendo vigente en este año. Está claro que nos irá mucho mejor si conseguimos implementando mejoras que hagan crecer esos datos.
¿Hay motivos para confiar en que así va a ser? Los hay, y muchos. España es un país que, pese a la cierta inestabilidad política que se vive en los últimos años, ha conseguido reducir su tasa de desempleo. Eso ha hecho posible que haya mucha más gente con dinero en el bolsillo y que el consumo, en cierta medida, se haya visto incrementado de un tiempo a esta parte. Y si el consumo sigue vivo y continúa con su progresión, está claro que vamos a experimentar mejoras en la vida diaria de cada cual. Siempre es mejor que el dinero en una sociedad se mueva de manera permanente y no que se encuentre estancado.
Suele decirse, por parte de los expertos en economía, que si el contexto que rodea a un país es económicamente positivo, ese mismo país se va a ver beneficiado por ese entorno. Podemos decir que España se encuentra en este contexto puesto que la Unión Europea también está consiguiendo mejorar sus datos en materia de empleo y en materia de facturación en lo que respecta al negocio de la moda. Por tanto, tenemos todos los ingredientes para seguir creciendo. Debemos aprovecharlos en nuestro beneficio para hacer posible una mejora económica todavía más potente.